“Cuando lleguemos al poder, queremos un mercado de compra de energía donde, a diario, se haga subasta para obtener precios competitivos. Acá, lo que hace la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) es comprar caro, por eso está quebrada”. Así se refirió el aspirante a la presidencia por el Partido Liberal, Yani Rosenthal, a la crisis financiera de la estatal, durante una entrevista a un medio de comunicación en septiembre de 2021.
Yani pertenece a una familia de élite y en sus hombros carga el legado político de su padre, el banquero Jaime Rosenthal Oliva. También tiene historia política, empresarial y delictiva: entre 2006 y 2008, fue ministro de la Presidencia en el gobierno de Manuel Zelaya Rosales; en 2010, se convirtió en diputado del Congreso Nacional por el Partido Liberal; en 2012 fue precandidato presidencial sin éxito y, en 2015, se entregó a la justicia de Estados Unidos por transar con bienes de la organización narcotraficante “Los Cachiros”.
Como todo político en tiempo electoral, propone bajar los precios de la tarifa eléctrica, esto pasa ineludiblemente por renegociar contratos de compra de energía, algunos de los cuales él y su familia explotaron en el pasado.
El negocio familiar
En noviembre de 2012 la estatal firmó un acuerdo de producción eléctrica a través de biomasa con la empresa Energía Chumbagua (CHUMBAGUA), sociedad donde tuvieron acciones sus parientes Yankel Rosenthal Coello y Edwin Mayer Rosenthal a través de Compañía Azucarera Chumbagua.
El contrato se firmó por 10 años. Han cobrado a la ENEE 12.445 centavos de dólar por kilovatio generado, precio que incluye un incentivo del 10%. Anualmente, el contrato factura cerca de $5.3 millones y, en 10 años, la empresa recibirá al menos $53.3 millones. Hasta septiembre de 2020, la ENEE debía a CHUMBAGUA $1.4 millones.
“La revisión de los contratos es algo importante y, como economista, le planteo que debe prevalecer el bien común. El impacto en las finanzas de la estatal (hace) que todos los años la ENEE no sea capaz de sobrevivir con los ingresos que tiene; por eso tiene que haber un aporte del Gobierno que generalmente lo adquiere con deuda externa para poder pagar el déficit”, dijo Mauricio Díaz Burdett, coordinador del Foro Social para la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH).
Así como otras élites empresariales, la familia Rosenthal entró en diversos mercados de generación. La industria renovable no fue excepción. En junio de 2010 Hidro Power S. A., otra generadora donde tuvo acciones su pariente Edwin Mayer Rosenthal fue contratada por la estatal eléctrica.
Otro acuerdo de generación aprobado por la ENEE fue con la empresa Bijao Electric Company S. A (BECOSA), para producir energía por vapor por 10 años. Entre enero de 2019 y julio de 2020, la empresa facturó unos $58.6 millones.
Precio máximo de generación definido en contrato con BECOSA.
Yani fue accionista y presidente del Consejo de Administración de esta empresa hasta 2015, otro socio que suscribió acciones es el actual presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Juan Carlos Sikaffy a través de Sociedad General de Acero. Hasta septiembre de 2020, la estatal debía a BECOSA $5.5 millones.
Al ser consultado por Radio Progreso sobre la operación de este contrato, Yani Rosenthal contestó: “ese es el mejor contrato que tiene la ENEE porque no tiene precio, entonces la estatal decide el valor de compra. La empresa no está hecha para vender energía, solo es un remanente”.
Los contratos energéticos de los socios y correligionarios
“Hay empresas que facturan más de lo que generan. Esas cosas también tienen quebrada a la ENEE. Corregir la situación de la estatal es un asunto de voluntad política y no de ser un genio de las finanzas”, explicó Yani.
Sus correligionarios también tienen experiencia en la industria eléctrica a través de la generación renovable. Por ejemplo, familiares de Elvin Santos Ordóñez, candidato a diputado por la fórmula de Yani, estuvieron vinculados a la adquisición de las fotovoltaicas Pacific Solar Energy y Energys Honduras.
Por otra parte, Francisco José Sibrian Bueso, uno de sus jefes de campaña, también está ligado al negocio energético, pero no solo eso, Sibrian además, es hermano del Fiscal Adjunto del Ministerio Público, Daniel Sibrian.
Francisco Sibrian invirtió en el mercado energético desde el 2011. Creó Energía de Occidente (ENERCO), ocupando el 20% de las acciones. Y en 2014, firmó un contrato hidroeléctrico para operar en Corral de Piedra, en Marcala, La Paz. En 2019, cobró a la ENEE cerca de $437,000.
En el mercado energético también han participado socios de la familia Rosenthal. De los 23 contratos solares firmados en 2014, uno fue adjudicado a Energía Solar del Sur (ENSSUR), empresa fundada por Waldina Lizeth Salgado Pérez, esposa de Francisco Arturo Mejía, uno de los abogados de Los Cachiros según el Ministerio Publico. Tres meses después de la firma del contrato, vendieron parte de las acciones a la Sociedad Servicios y Repuestos Europeos (SYRE), que pertenece al señor José Antonio Pérez Vásquez, con el 90% de las acciones.
Pérez Vásquez, fue ejecutivo en empresas de la familia Rosenthal. Fue vocal propietario del Consejo de Administración de la Compañía de Café Continental y del Banco Continental.
La insostenibilidad financiera de la ENEE agudiza la deuda que tiene con las generadoras. Anualmente debe pagar más de 7,000 millones de lempiras por facturas atrasadas e intereses moratorios. El Estado sigue acumulando una deuda que, de no cambiar las políticas de compra energética privada, seguirá siendo impagable.
El analista Mario Rubén Zelaya agregó: “la situación de la ENEE se puede rescatar solo si se renueva el modelo de gestión. El sector electricidad debe someterse a un proceso de auditoría que deduzca responsabilidades por los malos manejos y a partir de allí construir transparencia y rendición de cuentas. Esto es fácil, es de tomar decisiones y tener voluntad política para hacerlo”.